¿Conoces
el “cohousing”?
Aunque
este anglicismo (CO-llaborative HOUSING) o incluso la traducción como “vivienda
colaborativa” pueda aparentar lejana en nuestras latitudes, lo cierto es que el
concepto empieza ya a ser bien conocido. Cuando hace un año la UDP publicó el
informe “EL COHOUSING Y LAS PERSONAS
MAYORES” ya no nos sorprendió que 6 de cada 10 personas mayores de 65 años
supieran de este modelo residencial y un 40% se plantearía ir a vivir a uno de
estos lugares. Cuántas veces hemos escuchado en la comida familiar del domingo,
o entre unas cañas en el bar: “¿y si nos jubilamos juntos?”…
La
motivación para el cohousing en el grupo poblacional de mayor edad es variada…
A menudo nace en oposición a un futuro no deseado (“no quiero ser una carga
para mis hijos”, “no voy a poder pagar los cuidados si los necesito”, “no
quiero que nadie decida por mí dónde o cómo voy a vivir”…). Estas reflexiones
pueden resultar impulsoras en un primer momento pero la idea realmente se
consolida y se hace fuerte cuando la persona – el grupo embrionario – comprende
el cohousing como un vasto nicho de oportunidades: envejecimiento activo,
soporte emocional de una comunidad en la que me siento incluida, ahorro
económico, un entorno capacitante donde emprender proyectos y adaptable a mis
necesidades cambiantes, mucha diversión…
Origen
del cohousing
El
cohousing nace en los años 70 en Dinamarca y Holanda, partiendo de las
necesidades de familias jóvenes. En oposición al modelo “comunal”, el cohousing
permitía, conservando en todo momento una economía propia y la vivienda de uso
privativo, compartir labores domésticas, crianza de niñas y niños, etc.
Rápidamente se extendió en estos países y muchos otros (Suecia, Alemania,
EE.UU., Canadá…). En los 80, cuando algunos de aquéllos pioneros comenzaron a
envejecer descubrieron que sus necesidades eran diferentes que las de las
personas más jóvenes y empezaron a crear comunidades “senior”. Es una opción
personal: hay quien quiere encontrarse entre personas afines y piensa que un
rango similar de edad ayuda. En todo caso la vida en estas comunidades es
verdaderamente intergeneracional, puesto que está abierta al barrio o comunidad
más amplia.
En
nuestro país el “senior cohousing” se adelantó al de jóvenes familias. Aquí
está naciendo desde la iniciativa de personas mayores que buscan una
oportunidad de vida más rica, activa y con más futuro que la jubilación como
mero “retiro”. Como en tantas ocasiones, las personas mayores son las que han
venido a traer innovación y emprendimiento.
¿Pero
qué es el cohousing?
La
definición es empírica. Esto es, el modelo se ha ido definiendo a partir de los
cientos de casos de éxito en todo el mundo. Así, las características invariantes
son las siguientes:
Es autopromovido, de iniciativa y diseño del grupo.
Es co-diseñado, con un enfoque intencional para
favorecer la relación vecinal.
Existen zonas comunes
significativas, que
se comprenden como extensión de las viviendas (no de gestión externa).
Autogestionado, con organización colaborativa de
las tareas comunes (comisiones).
No hay jerarquías,
y los roles se reparten de forma natural.
La economía es privada, y las viviendas cuentan con todos
los elementos que aseguran la independencia de los residentes.
En
el imaginario colectivo las comunidades de senior cohousing (o jubilares) se
asocian erróneamente a un cierto modelo derivado de las “residencias” de
personas mayores: a menudo se confunden con “apartamentos con servicios”,
“senior resorts” o “apartamentos tutelados”, donde no encontramos las seis
características mencionadas anteriormente, principalmente en lo que se refiere
a la autopromoción, autogestión y falta de jerarquía (suele haber “tutela”
externa). Tampoco el cohousing se define por su configuración arquitectónica,
pero sí por su diseño social.
Realmente
el cohousing se asemeja más a un pequeño barrio o a una comunidad de vecinas y
vecinos bien avenidos (porque lo crearon con esa intención de vida colaborativa
y mutualismo comunitario). El proceso de creación de comunidad, previo a la
creación del complejo exige metodologías participativas y herramientas de
inteligencia colectiva. Y es que ese deseo de “formar parte” (= participación,
en mayor o menor medida) es una de las grandes claves. La otra, muy importante
especialmente cuando nos referimos a colectivos en riesgo de fragilidad o
exclusión, es la autonomía que da la plena inclusión en la comunidad. El
cohousing es entorno físico y social que, construido de forma colectiva,
facilita que esto ocurra.
Fuente
extraída: https://www.mayoresudp.org/viviendas-colaborativas-envejecer-amigos/
En
ésta ocasión nos realizarán la introducción al tema que nos ocupa Félix Tilve y
Javier Vieito. Tras su introducción se abrirá un turno de intervenciones, así
como de ruegos y preguntas.
Os esperamos como cada Martes a las
20:00 horas en Restaurante Tasca i Vins en la Calle Diputación, 304 de
Barcelona.
Saludos
Montse
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