LA ESTUPIDEZ HUMANA
No
debemos nunca despreciar la estupidez humana como factor ilimitado de
adaptación, recordemos esta frase que se suele decir para referirnos al poder
de la ignorancia “como no sabían que era imposible, lo hicieron”. Así sobre la
estupidez humana podemos decir, en palabras de Einstein “Sólo hay dos cosas
infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la
primera”.
La
estupidez humana se puede entender como una característica evolutiva necesaria
e incluso deseable ya que, como decía Bernard Shaw “El hombre sabio se adapta
al mundo y el hombre necio intenta adaptar el mundo a él. Por lo tanto, todo progreso depende del hombre necio”. Es decir, el desarrollo de la técnica no
surge porque no podamos hacer una cosa sino por la búsqueda incansable de
hacerla más sencilla, es decir, nos preguntamos siempre lo mismo para llegar a
diferentes conclusiones. Pongamos un ejemplo sencillo de ver:
El hombre prehistórico
tenía que transportar grandes pesos a la espalda siempre preguntándose como
poder llevar más carga con menos esfuerzo e inventó la carreta. El hombre
civilizado se preguntó cómo podría llevar más carga con menos esfuerzo e
invento el coche de caballos. El hombre medieval se preguntó cómo podría llevar
más carga con menos esfuerzo e invento el barco. El hombre industrial se preguntó
cómo podría llevar más carga con menos esfuerzo e invento el automóvil, el
camión y el ferrocarril. El hombre moderno se preguntó cómo podría llevar más
carga con menos esfuerzo e invento el avión y la logística comercial. El hombre
postmoderno se preguntó cómo podría llevar más carga con menos esfuerzo e
invento las impresoras 3D e Internet.
Deducimos
pues que la estupidez es un rasgo necesario para la evolución técnica ya que
consigue algo no tan fácil de ver en un principio, eliminar necesidades básicas
para crear otras necesidades de orden superior.
Así,
el paso de llevar la carga a la espalda a la carreta, elimino problemas por
lesiones de espalda pero supuso la necesidad de caminos por donde pudiera
transitar la carreta. El paso al coche de caballos supuso la necesidad de
domesticar caballos, fabricar carretas resistentes y crear calzadas transitables.
La introducción del barco supuso la necesidad de creación de puertos, el
ferrocarril de estaciones y las vías, el avión de aeropuertos, Internet de
cables de red, etc…
Es
decir, la necesidad es como la materia, ni se crea ni se destruye, solo se transforma.
Así podemos concluir que la estupidez es un rasgo evolutivo deseable. La
estupidez nos permite ver el mundo no como es, sino como queremos que sea, y
transformarlo en consecuencia.
Por
supuesto esto es imposible porque el número de estúpidos es muy alto y en el
momento en que uno se pone a diseñar un mundo a su medida otro también lo hará.
A
su vez la estupidez humana es la fuente de todas las revoluciones que ha
sufrido el hombre a través de la historia por el simple hecho de atreverse a
ser libre. Todos conocemos las revoluciones que triunfaron, pero no tanto las
que no triunfaron. Por ejemplo, se habla mucho de la esclavitud y de su fin,
pero el problema de las revueltas era sistémico, es cierto que morían muchos
esclavos, pero también morían muchos amos en esas revueltas, realmente era
cuestión de tiempo que alguien se percatara que el sistema no funcionaba y
buscara alternativas.
Lo
mismo podemos decir para el ascenso de la burguesía en la revolución
industrial, una vez que se acaba la esclavitud es cuestión de tiempo que surjan
clases adineradas incluso más poderosas que la nobleza, nos fijamos en Inglaterra pero ¿Cuántas
monarquías cayeron por no saber reconocer este hecho?
Podemos
decir otro tanto del empeño de algunas potencias mundiales de crear democracias
en todos lados, eso es un claro ejemplo de estupidez, no puedes crear una
democracia en un país profundamente religioso ya que la democracia, para que
funcione, requiere un mínimo de cultura crítica entre la población, requiere
capacidad de razonamiento y de ver cuál es el camino más próspero por parte del
pueblo.
No
se puede razonar con un religioso, si se pudiera, ya no sería religioso ya que
ninguna lógica puede demostrar la existencia de uno o varios dioses, que, por
otro lado tampoco aceptan definición alguna como entidad.
Así,
la terrible verdad es que hay países que no pueden ser gobernados mediante un
sistema democrático igual que otros países entrarán en guerras atroces para
preservar su libertad otros, simplemente, no la quieren. La estupidez humana es
infinita y en cada encrucijada aprendemos más y más de ella.
Os esperamos como cada Martes a las
20:00 horas en Restaurante Tasca i Vins en la Calle Diputación, 304 de
Barcelona
Saludos
Montse
Fuente
extraída: http://www.beevoz.es/2014/06/28/la-estupidez-humana-es-infinita/
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