ACTIVIDADES SÁBADO 26 DE NOVIEMBRE
CENA/TERTULIA:
"FUERZAS PARANORMALES"
¿QUÉ LAS CAUSA?
¿ES LA MENTE INCONSCIENTE EL EPICENTRO DE ÉSTOS HECHOS?
Precio de entrada al documental y tertulia: 3 euros
"FUERZAS PARANORMALES"
¿QUÉ LAS CAUSA?
¿ES LA MENTE INCONSCIENTE EL EPICENTRO DE ÉSTOS HECHOS?
Precio de entrada al documental y tertulia: 3 euros
Nuestro nuevo punto de
encuentro para éste Sábado día 26 de Noviembre a las 20:00 horas, será en el
RESTAURANTE Cachitos Rambla, de BARCELONA
,-SE
RUEGA PUNTUALIDAD- http://www.cachitosrambla.com/#inicio,
sito en nuestra céntrica Rambla de Catalunya, nº 33, esquina con
Diputación, y a muy pocos metros de la
Plaza de Catalunya. Es un local muy chic, confortable donde podremos tertuliar
con tranquilidad, realizar una conferencia, y disfrutar de buena cena.
Importante: Cuando entréis
en el restaurante habréis de ir hasta el fondo y preguntar por el grupo de
Montse.
Como comenté vamos a estar
en un salón privado donde estaremos libres de ruidos ambientales.
Os paso dos enlaces para
que podáis ver la sala, y la carta.
A las 20:00 horas iniciaremos pase del documental - "LAS FUERZAS PARANORMARLES" ¿QUÉ LAS CAUSAN? ¿ES LA MENTE INCONSCIENTE EL EPICENTRO DE ÉSTOS HECHOS? Se ruega puntualidad. Tras visualizar dicho documental, realizaremos un DOCUFORUM relacionado con éste tema.
Sobre las 22 horas cenaremos.
Para los más marchosos, después de cenar en el mismo local podremos tomar unas refrescos o copas, incluso bailar ya que el Restaurante CACHITOS tiene disc jockey, para seguir con la velada en un ambiente más distendido.
Ruego confirmar asistencia para efectuar reserva de comensales. Para reservar llamad al móvil 654113551, Montse Guardia.
A las 20 horas iniciaremos pase de documental
"LAS FUERZAS PARANORNALES"
¿QUÉ LAS CAUSA?
¿ES LA MENTE INCONSCIENTE EL EPICENTRO DE ÉSTOS HECHOS?
¿QUÉ LAS CAUSA?
¿ES LA MENTE INCONSCIENTE EL EPICENTRO DE ÉSTOS HECHOS?
Se ruega puntualidad
Fenómenos
paranormales: ¿qué los causa?
Mucho
se viene especulando desde mediados del siglo XIX acerca de la fuerza que
originan los fenómenos paranormales. Desentrañar su naturaleza ha sido el
objetivo de los primeros metapsiquistas, pero también sigue siéndolo de los
modernos parapsicólogos. Y aún el debate sigue abierto, a pesar de que hay un
consenso casi general para aceptar que la mente inconsciente es el epicentro de
estos hechos.
Si, así fuera ¿habría alguna zona cerebral implicada? ¿Qué tipo de
energía psíquica es la que se libera? ¿Podemos conectar mentalmente con otras
realidades?…
Un
misterioso fluido
Las
teorías mesmerianas sobre el ‘fluido magnético’ -una especie de radiación
fisiológica humana- ejercieron una gran influencia en algunos científicos del
siglo XIX a la hora de identificar la energía potenciada por los médiums para
producir diversos fenómenos como los que pronto se harían frecuentes en los
velatorios espiritistas de la época, tras popularizarse la conocida historia
que protagonizaron las hermanas Fox en Hydesville (Nueva York), en 1847.
El
químico Reichenbach escribiría varios tratados refiriéndose a una fuerza
natural presente en la materia que bautizó en 1852 con el nombre de ‘od’. Esa
‘fuerza ódica’ podía llegar a ser vista por los sensitivos, quienes aseguraban
que de la punta de sus dedos -tras sentir una especie de picazón- irradiaban
extraños efluvios que se propagaban por el aire. El doctor Baréty continuó en
1880 con las investigaciones iniciadas por Reichenbach, asegurando que dicha
‘fuerza néurica’ -como él prefirió llamarla- brotaba, no solo de los dedos,
sino también de los ojos y de la boca. El coronel francés Albert de Rochas
también se interesó por este extraño fluido y en 1891 publicó un libro titulado
‘Les fluides des magnétiseurs’ donde se hacía eco de los experimentos
realizados al respecto con sujetos hipnotizados, aunque fue incapaz de
pronunciarse sobre su naturaleza.
Más
precisos fueron quizás los experimentos magnéticos llevados a cabo por el
físico Karl F. Zöllner y el anatomista y psicólogo Ernst H. Weber con el médium
norteamericano Henry Slade. En su célebre ‘Tratado de Parapsicología’, René
Sudre nos cuenta lo siguiente:
“En
una experiencia hecha con dos brújulas, una grande y una chica, encerradas en
globos de vidrio, Zöllner y Weber sostuvieron sobre la mesa las manos abiertas
de Slade, a treinta centímetros de las brújulas. Las agujas oscilaron, la más
chica con gran rapidez, y luego comenzaron a girar, la segunda con más lentitud
y como si estuviera influida por un movimiento de la mesa. Una aguja de tejer,
desprovista de magnetismo, se volvió magnética cuando Slade (siempre con las
manos sostenidas por los experimentadores) la mantuvo unos instantes sobre una
tablilla debajo de la mesa. Se creó un fuerte polo sur, sin polo norte en el
otro extremo”.
Al
alcanzarse los primeros años del siglo XX, diversas investigaciones realizadas
con médiums como Eusapia Palladino y Stanislawa Tomczyk sirvieron para
descubrir también los supuestos efectos eléctricos del ‘fluido vital’.
Destacables en este sentido fueron los experimentos efectuados por el profesor
polaco Julián Ochorowicz, empleando para ello galvanómetros. Ante él,
Stanislawa era capaz de cerrar una corriente galvánica entre dos electrodos
situados a varios milímetros de distancia o desviar la aguja de un galvanómetro
hasta cincuenta grados. Por su parte, Eusapia descargaba un electroscopio
cargado con una placa de ebonita con solo acercar sus dedos a escasos
centímetros. Esa radiación podía incluso atravesar pantallas metálicas con una
fuerza de penetración superior que la de los rayos X, como comprobó el ruso
Yurievitch. Al actuar en forma rígida, las radiaciones emitidas por el efluvio
fueron bautizadas por Ochorowicz con el nombre de ‘rayos rígidos’. René
Blondier, profesor en la Universidad de Nancy, sugería que eran producidos por
el sistema nervioso humano, al igual que el Dr. Chevillard quien afirmó que
“los fenómenos llamados espiritistas no son más que manifestaciones
inconscientes de acción magneto-dinámica del fluido nervioso”. El psiquiatra
italiano Ferdinando Cazzamalli, por su parte, encontró cierta analogía entre
dicho fluido y las ondas electromagnéticas atenuadas de longitud variada.
En
su imprescindible obra ‘Los Fenómenos de la Mediumnidad’, el médico alemán
Albert von Schrenck-Notzing, uno de los metapsiquistas más destacados de la
época, decía sobre estos efluvios que “son de naturaleza física, rectilíneos
(…) Son hilos más o menos elásticos, rígidos, casi siempre invisibles, que
pueden no sólo poner en movimiento, sino también elevar en el aire objetos
colocados en el campo medianímico (…) Su acción varía y depende de la
influencia ejercida por la ideoplastia inconsciente…”
Asimismo,
se realizaron experimentos para detectar los efectos mecánicos del ‘fluido
humano’. Se inventaron aparatos para tales pruebas como el magnetómetro, el
estenómetro o el biómetro. Los resultados parecían confirmar la existencia de
un fluido que podía ser exteriorizado por el médium. En ocasiones, el fluido
impresionaba placas fotográficas sensibles, y en otras, se condensaba para
producir fenómenos de materialización, como el ectoplasma, una sustancia
viscosa de contornos indefinidos que se moldea hasta adquirir a veces rasgos
humanos, para luego ser reabsorbida de nuevo por el médium. El físico y premio
Nobel Sir William Crookes, que ya desde 1870 venía investigando a fondo y
rigurosamente las manifestaciones mediúmnicas (ectoplasmia, raps, fotogénesis,
telecinesia, levitación, etc.), sometiendo a numerosas pruebas a médiums como
Florence Cook y Daniel D. Home, comenzó a hablar de ‘fuerza psíquica’. “Desde
el comienzo de mis investigaciones comprobé que el poder que producía esos
fenómenos no era una simple fuerza ciega, sino que había una inteligencia que
la dirigía o por lo menos que la acompañaba. Es a esa fuerza a la que he dado
el nombre de psíquica”, postuló Crookes.
El
ya aludido Schrenck-Notzing se oponía a la entonces tan en boga hipótesis
espiritista, al aclarar que todos estos hechos dependen en el último análisis
de los fenómenos psíquicos que se desarrollan en el subconsciente del médium.
“El misterio de la fenomenología psicodinámica de que son capaces estos sujetos
no reside en la naturaleza de seres extracorporales hipostasiados -concluye el
médico alemán-, sino más bien, en una transformación desconocida hasta hoy de
las fuerzas biopsíquicas del organismo del médium”.
Definiendo
términos
La
Metapsíquica -madre de la moderna Parapsicología- siguió acumulando evidencias
a favor de la existencia de fenómenos que contradicen las leyes físicas
conocidas hasta el momento. Fenómenos que siempre se producen en presencia de
una o varias personas. La auténtica precursora de la investigación metapsíquica
fue la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres, creada en 1882. Uno de
sus fundadores, el filósofo Frederic W. H. Myers ideó el término ‘telergia’ (tele=lejos;
ergon=acción), para designar la energía mediúmnica e inconsciente causante de
tales fenómenos. Este nuevo vocablo fue aceptado por la mayoría de
investigadores que estaban en desacuerdo con la creencia de que estas
manifestaciones podían ser causadas por la acción de entes desencarnados.
Asimismo,
se habló de ‘bio-electricidad’ para definir de alguna forma la peculiar
naturaleza de la telergia, al depender ésta de la voluntad del dotado y al ser
sus efectos semejantes a los de la electricidad estática. En su libro ‘Las
Fuerzas Físicas de la Mente’, el veterano parapsicólogo Oscar Glez. Quevedo nos
presenta una interesante pista a modo de pregunta sobre esa cualidad
bioeléctrica de la telergia: “¿En este sentido de analogía con la electricidad,
se comprendería mejor el olor a ozono frecuentemente percibido durante los
fenómenos, y por qué los fenómenos son más fáciles (o menos dificiles) en una
temperatura entre 20 y 25 grados centígrados y con aire seco? ¿Todo análogo a
las condiciones que favorecen los fenómenos electrostáticos?”…
Los
parapsicólogos soviéticos aceptaron de muy buen grado la teoría
electromagnética para explicar fenómenos como la telepatía (conocida por ellos
con el nombre de ‘bio-información’). El neurólogo W. Bechterew estaba convencido
de que la información de un cerebro podía ser transmitida a otro cerebro
mediante ondas similares a las radioeléctricas. Uno de sus discípulos, el
doctor Leonid C. Vasiliev, catedrático de Fisiología en la Universidad de
Leningrado -quien se convertiría en uno de los principales investigadores de lo
paranormal en la antigua URSS- estudió a fondo las capacidades parapsicológicas
de la célebre Nina Kulagina. Él estaba convencido de que sus sorprendentes
facultades psi se debían a una desconocida energía física emitida por el
cerebro.
De
hecho, algunos científicos soviéticos aseguraron en los años setenta haber
captado fotográficamente dicha bioenergía mediante la llamada Cámara Kirlian
-un generador que utiliza corrientes eléctricas de alta frecuencia-, inventada
por el matrimonio Semyon y Valentina Kirlian. En su libro ‘Las Probabilidades
de lo Imposible’, la doctora Thelma Moss, especialista en fotografía kirliana,
afirmaba: “Como resultados de estos estudios preliminares, creemos que estamos
obteniendo pruebas palpables de que existe un flujo de energía, de una
interacción entre los seres humanos y aquello que les rodea”. De todas formas,
la fotografía Kirlian no goza actualmente de demasiada credibilidad, al ponerse
en duda que lo registrado sea realmente una radiación o campo de fuerza
desconocido emitido por el ser humano.
Aunque
sigue siendo defendida por los parapsicólogos más tradicionales, la idea de una
poderosa energía psicobiofísica exteriorizada por la mente humana encuentra
cada vez más adversarios. El prestigioso psiquiatra y parapsicólogo Ramón de
Aguilar afirma que dicha hipótesis da lugar a confusiones conceptuales
inadmisibles, como pensar que existe en el inconsciente un ‘estanco’ o depósito
especial cargado de dicha energía: “Rechazamos la existencia de una energía
‘estancada’; afirmar tal cosa es un disparate mayúsculo. ¿Cómo puede darse a un
estado de conciencia la capacidad de almacenar algo? La conciencia es un
estado, no un lugar”, asegura el citado especialista.
El
extraño factor “psi”
No
obstante, la hipótesis energética para explicar la fenomenología paranormal ya
se vio eclipsada en la década de los treinta del pasado siglo, cuando irrumpió
en escena el biólogo norteamericano Joseph B. Rhine, considerado tiempo después
el padre de la Parapsicología moderna. En 1934 aparecía publicada su célebre
monografía ‘Extra Sensory Perception’, en la que detallaba los experimentos
cuantitativos y estadísticos realizados por él y su esposa Louise E. Rhine en
la Universidad de Duke (Carolina del Norte) con estudiantes que aparentemente
no tenían ninguna facultad mediúmnica. Sus fructíferas investigaciones sobre la
ESP (Percepción Extrasensorial) y la PK (Psicocinesis) atrajeron a numerosos
científicos de diversas disciplinas hacia el campo de la incipiente
Parapsicología, lográndose que finalmente ésta se abriera un hueco en el mundo
académico al ser aceptada en 1969 por la Asociación Americana para el Avance de
las Ciencias.
Rhine
propuso el término ‘psi’ -vigésimotercera letra del alfabeto griego- para
designar la fuerza o fuerzas psíquicas que intervienen a la hora de producirse
una actividad paranormal. La función ‘psi’ no es compatible con la idea de una
transferencia energética, al ser ‘psi’ de naturaleza extrafísica, puesto que
aunque demuestra que existe interacción entre una mente subjetiva y un mundo
objetivo, “son contactos que tienen lugar sin ningún intermediario físico
conocido que sirva de estímulo o instrumento. Son también operaciones que se
producen sin ninguna forma conocida de relación con el tiempo, el espacio y la
masa”, observa Rhine. Y así es. La señal telepática, por ejemplo, puede
transmitirse a cientos o miles de kilómetros y su efecto no disminuye en función
de la distancia, como ocurriría tratándose de ondas radioeléctricas por ejemplo
(tengamos muy en cuenta, por otra parte, que el campo electromagnético
existente en las periferias del cerebro, generado por sus propios procesos
eléctricos, es debilísimo para explicar la enormes distancias en las que a
veces opera la ESP; por eso, Hans Berger, inventor de la electroencefalografía,
consideró que es imposible explicar la telepatía en base a las ondas EEG).
La
telepatía experimental también ha funcionado colocando a uno de los sujetos
dentro de una cabina construida con planchas de plomo, para impedir el paso de
las ondas electromagnéticas. La precognición -uno de los fenómenos psi más
desafiantes de la Parapsicología- mucho menos puede explicarse con la hipótesis
energética, ya que al proyectarse hacia el futuro se traspasa la barrera del
tiempo. En cuanto a las facultades psicocinéticas, se ha comprobado que no
resultan tampoco anuladas por obstáculos materiales o cámaras aislantes de todo
tipo de ondas físicas (como la Jaula de Faraday), por tanto, la PK no parece
que responda de ninguna manera a las leyes de la mecánica. “La extraña
capacidad de la percepción extrasensorial y de la psicokinesis para trascender
los límites ordinarios del tiempo y del espacio crea problemas a quienes
defienden modelos explicatorios basados en la energía”, advierte el
parapsicólogo Stanley Krippner.
http://www.mundoesotericoparanormal.com/cientifico-demuestra-existencia-telepatia-telefonica/
Así
pues, y a tenor de las pruebas acumuladas, el factor psi parece estar limitado
única y exclusivamente por aspectos de tipo psicológico. “Los factores
psicológicos sí que influyen poderosamente sobre la manifestación de ESP, así
como el ánimo del sujeto, su actitud hacia el experimento y las condiciones
experimentales”, señala el parapsicólogo checo Milan Rýzl. En este sentido, podemos
destacar respecto a los experimentos psi realizados en laboratorio que los
resultados pueden verse influenciados si el sujeto en estudio es creyente o,
por el contrario, escéptico en la existencia de las facultades ESP. La doctora
Gertrude Schmeidler descubrió que aquellos estudiantes que creían en la ESP
obtenían resultados muchos mejores que aquellos que la negaban. Éstos, incluso
solían obtener puntuaciones por debajo del azar (algo que se llamó ‘efecto de
fallo psi’). Además, y como sostiene el parapsicólogo Hans Bender, en
experiencias telepáticas, la relación afectiva entre ‘emisor’ y ‘receptor’ es
muy importante, y en todas las formas psi lo es la relación con el
experimentador. También han obtenido mejores resultados en los experimentos psi
aquellas personas que son extrovertidas, vitales y de fuerte resonancia
afectiva.
Por
otra parte, se ha comprobado que determinados ‘estados modificados de
conciencia’ propician la manifestación de las facultades psi. Cuando disminuye
el grado de conciencia hasta alcanzarse el llamado ‘nivel alfa’ (entre 8 y 14
Hz) -como ocurre bajo hipnosis, estando relajado, practicando meditación o
durante el placentero estado de duermevela-, se logran resultados muy
significativos en las pruebas ESP y PK. Asimismo, en momentos de gran tensión
emocional, en situaciones trágicas o en el umbral de la muerte suelen tener
lugar fenómenos de naturaleza extrasensorial.
“Psi”
y cerebro
La
función psi hemos de entenderla entonces como una singular facultad mental
latente en el ser humano y que no está basada en principios físicos conocidos
-debido precisamente a su propia naturaleza extrasensorial-. Mediante esta
facultad inconsciente, es posible extraer información del mundo exterior sin
emplear los órganos sensoriales o ejercer una acción sobre la materia sin
intermediario físico alguno. Por ahora no se ha detectado un órgano implicado
en la función psi, sin embargo el Dr. Rhine llegó a considerar que “en alguna
parte del organismo debe haber incluso lo que en cierto sentido podría llamarse
una localización, un lugar más identificado con psi que cualquier otro. Eso no
quiere decir que tenga que existir un órgano receptor específico o una zona
determinada del cerebro; en realidad, localización puede significar algo así
como centro de recepción o punto de convergencia, no necesariamente una
estructura anatómica completa o un conjunto de tejidos especializados, Sea que
existe un puerto de entrada localizable o que resulte imposible hallar alguno,
el conocimiento de ese hecho ha de revestir la mayor importancia”.
Por
su parte, el neuropsiquiatra español Ricardo Puncernau, autor de la rigurosa
obra ‘Parapsicología Científica’, afirma que “por los estudios y observaciones
e incluso experimentaciones, realizados hasta hoy, parece probable que estos
fenómenos se producen de preferencia en el subconsciente, cuyo substrato
orgánico o neurológico sería el cerebro profundo o cerebro interno. De todas
formas no hemos de perder de vista que el encéfalo o más ampliamente el sistema
nervioso trabaja como un todo, por lo que no descartamos la importancia y la
influencia del cerebro superior, y de su interacción con el resto del cerebro”.
Muestra de un recto de ectoplasma
Destacables son, en este sentido, los estudios
realizados por el grupo de investigación catalán ‘Hipergea’, integrado por
médicos, científicos y parapsicólogos. En 1984, sacaron a la luz un informe en
el cual afirmaban que: “Creemos que
el oxígeno de las neuronas talámicas es el factor desencadenante del fenómeno
psíquico-paranormal. En estado de concentración estas células motivan
una reacción bioquímica, por medio de una descarga eléctrica en base a una
mayor proporción de Na y K, transformando el oxígeno en Ozono (…) Las neuronas
talámicas en cierto momento de concentración mental del individuo, ocasionan
esta transformación bioquímica, enviando a través de sus axones y las dendritas
más gruesas y ramificadas, la carga energético-paranormal”.
Pero aún no hay nada confirmado. Poco sabemos todavía
sobre la naturaleza y finalidad de la función psi, pese a existir miles de
casos espontáneos de ESP en todo el mundo y haberse probado su existencia en
numerosos experimentos de laboratorio. Y hasta que no conozcamos completamente
sus bases neurológicas y biológicas, y sepamos si se trata de una facultad
emergente que se desarrolla de forma gradual o más bien de una forma arcaica de
comunicación, resultará difícil formular una hipótesis global de psi.
La
conexión cuántica
“Cuando
llegamos al nivel atómico, el mundo objetivo del tiempo y el espacio ya no
existe, y los símbolos matemáticos de la física teórica sólo se refieren a
probabilidades, no a hechos”, aseguraba Werner Heisenberg, uno de los padres de
la Física Cuántica. ¿Podría ser psi una interacción entre procesos mentales y
procesos cuánticos externos?… Así lo cree el físico Evan Harris Walker,
llegando a desarrollar incluso una estructurada ‘Teoría Cuántica de Psi’. Pero
ya los parapsicólogos de vanguardia venían observando desde hacía tiempo
determinados modelos enunciados por la Física Cuántica -cuyo objeto de estudio
es el mundo de las partículas subatómicas- que no sólo avalarían, de alguna
manera, la existencia de ciertos fenómenos psi, sino que incluso arrojarían
algo de luz sobre su paradójica naturaleza. Por eso, en 1974, la
‘Parapsychological Foundation’ de Nueva
York celebró en Ginebra (Suiza) un congreso bajo el título ‘Física Cuántica y
Parapsicología’ en el que participaron físicos de renombre. “La colaboración
incipiente entre parapsicólogos y físicos es el indicio de una fase nueva
interdisciplinaria de la investigación parapsicológica”, anunciaba por entonces
el prestigioso parapsicólogo Hans Bender.
En
principio, la función psi desafía las leyes mecanicistas planteadas por la
física clásica. Pero no lo hace con las leyes indeterministas de la teoría cuántica,
que no se rigen por la causalidad sino por la probabilidad, y que rompen con la
imagen que teníamos hasta ahora del tiempo, el espacio y la masa. “Si se
permite a la física cuántica violar las ‘leyes de la naturaleza’ tal como
fueron concebidas por los físicos clásicos, la ESP puede reclamar también el
mismo derecho”, escribe Arthur Koestler en ‘Las Raices del Azar’.
No
es de extrañar, pues, que fenómenos como la telepatía, la precognición y la
psicocinesis hayan llamado la atención de algunos físicos teóricos como Brian
Josephson, Jack Sarffati, Michael Talbot o Fritjof Capra, que han llegado
incluso a aventurarse en la investigación parapsicológica, ante la perplejidad
de sus colegas más conservadores. El mundo microscópico que nos revela la Mecánica
Cuántica es tan imprevisible, perturbador y borroso como el mundo de los
fenómenos paranormales. Los dos mundos se burlan de nuestro sentido común. Y
curiosamente, en ambos, la conciencia parece jugar un papel fundamental. Los
físicos teóricos han buscado sin éxito determinadas ‘variables ocultas’ que
sirvan para describir el sistema cuántico y resolver el problema de la
medición. Algunos de ellos, como Eugene Wigner, han pensado que quizás haya que
buscarlas en la propia conciencia humana: “Los físicos descubrimos que es
imposible dar una definición satisfactoria de los fenómenos atómicos sin hacer
referencia a la conciencia”. Si el principio cuántico implica a la mente de una
manera esencial, encontramos nuevamente en ello un nexo con lo paranormal… “Al
fin y al cabo, un conjunto de ideas que otorgue un papel importante al
observador que realiza las mediciones y un posible papel a la conciencia de
dicho observador parece abrir las puertas a los fenómenos psíquicos”, apuntan
los psicólogos Hans J. Eysenck y Carl Sargent.
Es
más, los axiomas esenciales de la mecánica cuántica, según el físico Costa de
Beauregard, exigen que se produzcan fenómenos psíquicos… El ‘Principio de
Incertidumbre’ de Heisenberg, por ejemplo, determina que cuando observamos el
mundo subatómico ya estamos alterándolo, por el mero hecho de su observación.
El observador se convierte así en participante. En base a este postulado,
¿resulta descabellada la acción de la mente sobre la materia estudiada por la
Parapsicología?… En absoluto. Es más, los numerosos experimentos psicocinéticos
llevados a cabo por el físico alemán Helmut Schmidt, empleando ‘Generadores de
Sucesos Aleatorios’ (basados en la desintegración radioactiva del
estroncio-90), han permitido detectar esta aparente vinculación entre lo psi y
lo cuántico. “La idea de que la PK actúa solamente sobre procesos aleatorios
parece intelectualmente atractiva y coherente con los experimentos que estamos
realizando. Quizás apunta a una profunda relación entre la PK y la teoría cuántica”,
sostiene Schmidt.
Otro
modelo teórico perteneciente a la Mecánica Cuántica, y que ya ha sido
confirmado experimentalmente, es la ‘Paradoja E.P.R.’ (iniciales de Einstein,
Podolsky y Rose), según la cual, dos partículas elementales que han estado alguna
vez correlacionadas formando un único sistema, aunque sean separadas una de
otra miles de kilómetros mantendrán una conexión no causal y seguirán
transfiriéndose información de forma instantánea. ¿Esta misteriosa comunicación
a distancia no recuerda en cierta manera la transmisión telepática?… De hecho,
la idea de que existan partículas de energía psíquica, semejantes a los
neutrinos, actuando como portadoras de la señal telepática, no resulta
disparatada para ciertos científicos.
El
astrónomo V.A.Firsoff las llegó a bautizar con el nombre de ‘mindones’,
mientras que el matemático Adrian Dobbs, prefirió denominarlas ‘psitrones’.
Estas hipotéticas partículas trasladarían la información psi de una mente a
otra, e incluso por sus velocidades hiperlumínicas, podrían traspasar las
barreras del tiempo, explicando así fenómenos como la precognición.
Como
vemos, es tal la conexión entre el mundo cuántico y las facultades psi que, en
algunos círculos especializados, ya se ha comenzado a hablar de ‘Parapsicología
Cuántica’. Pero es posible que la respuesta final a los fenómenos psi se
encuentre más allá del universo del quantum…
Mente
holográfica
¿Y
si hemos de buscar el origen de los fenómenos psi en una realidad
transpsíquica, como sugería Carl G. Jung?. Podría tratarse teóricamente de un
dominio extraespacial y extratemporal en el que tienen lugar acontecimientos
anómalos, o dicho de otro modo, donde residiría la información paranormal.
Nuestra mente, a modo de sintonizador, establecería conexión con ese ‘campo
psi’, que estaría más allá del marco de referencia causal de nuestra realidad
material. De hecho, muchos físicos teóricos sugieren que en el nivel subatómico
la realidad posee una dimensión adicional. Un nivel más profundo de la realidad
en el que todo está interconectado, y que el profesor de Física Teórica David
Bohm llamó ‘Orden Implicado’. Según este novedoso enfoque teórico, ya no podemos
entender el universo como una máquina, sino como un gigantesco holograma
multidimensional, donde pasado, presente y futuro existen simultáneamente. Es
más, el físico Michael Talbot señala que “según Bohm ve la cuestión, si cada
partícula de la materia se interconecta con todas las demás, el cerebro mismo
puede ser visto como infinitamente interconectado con el resto del universo”.
Puede incluso que la conciencia esté también estructurada de forma holográfica,
como afirma el destacado neurofisiólogo Karl Pribam.
Este
‘paradigma holográfico’ -según el cual el cerebro es un holograma que
interpreta un universo holográfico-, nos podría aclarar muchas dudas sobre la
naturaleza de los fenómenos psi. “Si existe lo paranormal -dice el propio
Bohm-, sólo puede entenderse mediante su referencia al orden implicado, puesto
que en ese orden todo está en contacto con todo lo demás y, en consecuencia, no
hay ninguna razón intrínseca para que lo paranormal sea imposible”. El filósofo
Sam Keen, otro explorador de la conciencia holográfica, aclara por su parte que
“lo que llamamos ESP y experiencia paranormal cabe que no sean más que nuestra
inmersión en las dimensiones atemporales que constituyen la estructura
holográfica de nuestras mentes”.
En
un universo en el que todo está íntimamente interconectado, ya no hace falta
que la información viaje de un punto a otro. La información sería, por tanto,
la sustancia última de la realidad, de acuerdo al ‘modelo holográfico’.
Entenderíamos así fenómenos como la telepatía, la clarividencia o la
psicocinesis. Serían sucesos que, al trascender el tiempo y el espacio, no son
transmitidos, sino que son simultáneos y están en cualquier parte. “Nada
necesita ir de aquí para allí porque en esa esfera no existe ningún allí”, dice
el hológrafo Eugene Dolgoff para referirse a la función psi.
Los
físicos Harold Puthoff y Russell Targ, del Stanford Research Institute (SRI),
investigaron durante la década de los setenta a psíquicos que experimentaban
con la llamada ‘visión remota’. Al no depender este fenómeno de ningún factor
energético conocido, concluyeron que debía de guardar relación con el nivel de
interconexión cuántica. Los experimentos ESP realizados por los parapsicólogos
Stanley Krippner y Charles Tart, también encuentran en el ‘modelo holográfico’
su explicación más plausible.
Pero
no solo desde la Física se habla de otros niveles subyacentes de la realidad
que están más allá del espacio y del tiempo. Desde la Biología, Rupert
Sheldrake -entusiasta del paradigma holístico- nos habla de los ‘campos
morfogenéticos’ (campos-M), que serían regiones no materiales de influencia que
actúan a través del tiempo y el espacio, y que, mediante un proceso que él
llama ‘resonancia mórfica’, moldean la forma, el desarrollo y el comportamiento
de los organismos. Según esta sugerente teoría -ya experimentalmente
demostrable-, la memoria no se ubicaría en el cerebro, sino que es inherente a
la naturaleza. Todo parece apuntar a que los sistemas naturales heredan una
memoria colectiva de todas las cosas anteriores de su misma clase, sin importar
lo lejos que puedan estar ni el tiempo transcurrido desde que existieron. Para
este notable bioquímico de Cambridge, los fenómenos psi tienen plena cabida en
su modelo teórico: “Son muchas las pruebas anecdóticas de la existencia de la
telepatía, son muchas las personas que dicen haberla experimentado, y ha sido
detectada en muchos experimentos parapsicólogicos. Estas pruebas son muy
discutidas, principalmente porque desde el punto de vista científico
convencional, la telepatía, como los otros presuntos fenómenos
parapsicológicos, es teóricamente imposible. En cambio, en el contexto de la
resonancia mórfica, es teóricamente posible”.
A la Parapsicología todavía le queda mucho camino por
recorrer para hallar la verdadera naturaleza de los fenómenos psi. Sin embargo,
el objetivo no parece estar demasiado lejano, gracias al apoyo multidisciplinar
que está recibiendo en las últimas décadas, sobre todo desde el campo de la
Física moderna, que con sus innovadores y excitantes postulados, cobra sentido
la existencia de hechos que hasta hace bien poco parecían transgredir las leyes
de la naturaleza. Como aseguraba el físico Michael Talbot, “siempre habrá en
ciencia nuevas perspectivas que descubrir”. Los fenómenos paranormales, sin lugar
a dudas, es una de ellas…
DOCUFORUM
https://www.youtube.com/watch?v=iqly4N3lO7U
Se proyectará otro vídeo, éste no es el que veremos en la tertulia
Tras visualizar el documental se abrirá el debate, planteándose todas las opiniones o interrogantes que surjan sobre el tema en cuestión.
Cómo llegar a RESTAURANTE CACHITOS BARCELONA:
UBICACIÓN
Sito en la Rambla Catalunya, 33 en pleno corazón de la ciudad, tenéis 4 líneas de metros, e infinidad de líneas de autobuses.
También para los que vengáis de cercanías, dos calles más abajo tenéis la RENFE.
Mejor ubicación imposible!!.
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