CONFERENCIA
¿QUIÉN DISPARÓ A JOHN F. KENNEDY?
¿CUÁNTOS DISPAROS HUBO?
¿CUÁNTOS DISPAROS HUBO?
PONENTE: MIQUEL CELADES REX
LUGAR: CAFÉ DE L’ÒPERA
La Rambla, 74, de Barcelona (frente al Gran Teatre del Liceu)
Día: SÁBADO 7 de JULIO
Hora: 20:00 horas
El 22 de noviembre de
1963, John Fitzgerald Kennedy moría en Dallas abatido por los disparos de Lee
Harvey Oswald, un exmarine desertor. El trigésimo quinto presidente de Estados
Unidos aterrizaba en Dallas para potenciar la popularidad del Partido Demócrata
en las elecciones presidenciales del año siguiente. Pero sucedió algo que
cambió el rumbo de la historia: tres disparos surgieron desde lo alto del
Almacén de Libros de Texto de Texas. El primero fue desviado por un árbol e
hirió a un testigo. El segundo alcanzó al presidente por la espalda y salió por
su garganta. El último disparo penetró en el hueso parietal derecho de su
cabeza. Solo una hora más tarde, los medios de comunicación de todo el mundo
anunciaban su muerte.
Más de medio siglo y
decenas de películas y libros después, algunas incógnitas sobre la muerte del
mandatario pueden quedar resueltas tras hacerse públicos 2.891 documentos inéditos
–que detallan algunas actividades de la CIA en la Guerra Fría– desclasificados
por Donald Trump, a pesar de las presiones de la CIA y el FBI. «Hoy ordeno que
el velo finalmente se levante» para que «el público pueda estar informado de
todos los aspectos sobre este acontecimiento crucial», dijo Trump en un
memorando presidencial.
Pese a los cientos de
testigos, a la presencia de las cámaras de televisión y de los informes oficiales,
lo que ocurrió aquel día sigue siendo un misterio, acrecentado por el posterior
asesinato de Lee Harvey Oswald, autor del magnicidio, la rápida destrucción de
pruebas o la extraña trayectoria de algunas heridas de balas que sugieren la
existencia de un segundo tirador.
El asesinato de JKF,
que causó consternación mundial, fue adjudicado a un tirador solitario, Lee
Harvey Oswald, un empleado del almacén “Texas School Book Depository”, quien,
convenientemente, también moriría asesinado 48 horas después. Con la muerte de
Oswald, quien fue sindicado posteriormente como un doble agente de la CIA, se
desataron de inmediato numerosas teorías conspirativas para explicar el
asesinato, la más famosa de las cuales asegura que JFK (y su hermano Robert en
1968) fueron ultimados por asesinos de las agencias de seguridad del propio
gobierno americano.
La Comisión Warren,
presidida por el juez del Tribunal Supremo James Earl Warren y que investigó el
magnicidio por orden del nuevo presidente Lyndon B. Johnson, dictaminó 10 meses
más tarde que Lee Harvey Oswald, que supuestamente había actuado sólo, era el
responsable de la muerte del presidente John Kennedy. Oswald, según la comisión
Warren, efectuó tres disparos, de los cuales fueron dos certeros, es decir, el
segundo y el tercero.
Supuestamente el caso
estaba cerrado, pero en 1976 un Comité de la Cámara de Representantes lo
reabrió y, tres años después, concluyeron que hubo cuatro disparos. Es decir
hubo dos tiradores y, por lo tanto, una conspiración. La prueba fundamental
consistió en la grabación de una de las radios de una de las motos de la
policía de Dallas que acompañó al desfile. La radio se quedó encendida en el
canal 1 hacia las 12.30, instantes antes del tiroteo y registró cuatro
detonaciones, y no tres, en la cinta de la central policial de Dallas. Las dos
últimas eran prácticamente simultáneas, por lo que era imposible que fueran
realizadas con el fusil de cerrojo de Oswald. Los peritos hicieron estudios de
acústica basados en la posición de la moto y concluyeron que los tres primeros
disparos procedieron de la sexta planta del edificio de Dallas, tal y como dijo
la Comisión Warren, pero no el cuarto, que procedía de la valla del Grassy
Knoll, con una «probabilidad del 96%».
La bala mágica
La teoría de la
conspiración ganó fuerza al analizarse las incongruencias que la comisión
Warren cometió o pasó por alto. Esta comisión dictaminó que el gobernador de
Texas John Connally, que sobrevivió al atentado, había sido alcanzado por la
misma bala que impactó a Kennedy en su garganta, es decir, esta bala, la
llamada “bala mágica”, después de alcanzar a Kennedy y desviarse
inexplicablemente, habría alcanzado también a Connally. James Tague, un
espectador que se encontraba situado a 82 metros frente a donde Kennedy fue
alcanzado, también recibió una pequeña herida de bala en la parte derecha de su
cara, sin mencionar que varios testigos afirmaron haber oído disparos y visto
volutas de humo desde una valla de madera ubicada en el montículo del Grassy
Knoll, enfrente del coche en el que viajaba el presidente, un emplazamiento
totalmente diferente del de la ventana del sexto piso del almacén de libros de
Dallas. James Carrico y Malcom Perry, los primeros doctores que atendieron a
Kennedy, por su parte, afirmaron que la herida de la garganta, que sólo ellos
pudieron examinar durante un breve lapso, era el orificio de entrada de una
bala y no el de salida.
A lo anterior hay que
agregar el misterio en torno a Lee Harvey Oswald, un enigmático personaje que
aseguraba ser marxista y simpatizante de Cuba y de la Unión Soviética. En 1959
Oswald había renunciado a la ciudadanía americana solicitando la nacionalidad
soviética. Además estaba casado con una rusa y era un firme defensor del
comunismo y la Cuba de Castro. El caso, así mirado, podía tener algo de
sentido, pero había demasiadas piezas que no encajaban, partiendo por la proeza
del disparo, pues ¿Cómo era posible que Lee Harvey Oswald, un tirador que fue
calificado de “mediocre” cuando hizo su servicio militar, pudiese acertar dos
veces en nueve segundos a un blanco móvil desde un sexto piso y a 140 metros de
distancia con un viejo fusil? Por otro lado, respecto de la “bala mágica”, era
físicamente imposible que una sola bala pudiera acertar en dos blancos no
alineados.
David Lifton, en su
libro “La mejor prueba”, aseguró que el cadáver de JFK salió del hospital
Parkland de Dallas en un ataúd de bronce con la cabeza envuelta entre sábanas y
aterrizó en el Hospital Naval de Bethesda en un féretro sencillo de metal y con
la cabeza envuelta en un plástico. Durante el viaje en avión, el cadáver habría
sido manipulado, agrandando el orificio de entrada para confundirlo con uno de
salida y ocultar por tanto un disparo frontal distinto a los tres realizados
desde el sexto piso del “Texas School Book Depository”. La teoría de Lifton,
así, pareció probar además la momentánea desaparición y manipulación del
cerebro del cadáver de Kennedy, pues en él estaba la prueba de las trayectorias
de bala.
La única investigación
de relevancia durante los años 60 la realizó Jim Garrison, fiscal del distrito
de Nueva Orleans, que encontró lazos entre Oswald y el movimiento
anticastrista, a través de tres oscuros personajes: David Ferrie, Guy Bannister
y Clay Shaw. Su testigo estrella, David Ferrie, que reconoció haber tratado con
Oswald y pertenecer a un grupo anticastrista, se suicidó antes de subir al
estrado. El caso se olvidó hasta que el cineasta Oliver Stone lo rescató para
su película “JFK”, de 1991. Stone, cuando presentó su película al año
siguiente, aseguró sin ambages que el magnicidio había sido obra de la CIA y
los servicios secretos militares, que utilizaron en la conspiración a la mafia
y a Lee Harvey Oswald como chivos expiatorios. «Desde entonces, no podemos
creer en nuestros líderes», aseguró.
Así las cosas, la
teoría conspirativa que tiene más respaldo es aquella que afirma que el
asesinato de Kennedy fue planificado y ejecutado por la CIA, la todopoderosa
agencia de inteligencia estadounidense que al parecer quería vengarse por la
fracasada invasión a Cuba de Bahía Cochinos en 1961, ya que la negativa de
Kennedy a proporcionar un apoyo militar directo a la operación fue el causante,
según muchos analistas, de que se viera frustrada.
Fuente
extraída:
http://www.abc.es/play/television/noticias/abci-cuarto-milenio-quien-disparo-realmente-201711192006_noticia.html
DOCUFORUM
Al término de la conferencia a cargo de Miquel Celades Rex, se abrirá el debate, planteándose todas las opiniones o interrogantes que surjan sobre el tema en cuestión.
Cómo llegar a:
CAFÉ DE L' ÒPERA:
LA RAMBLA, 74 (frente al Gran Teatre del Liceu, a pocas calles de Plaza de Catalunya)
Sito en la céntrica calle La Rambla, nº 74, frente al gran Teatre del Liceu a muy pocas calles de Plaza Catalunya. Es un local confortable, emblemático con glamur y solera, donde podremos tertuliar con tranquilidad, realizar una conferencia, y disfrutar de quien lo desee de una informal cena, en pleno corazón de la ciudad. Tenéis la parada de metro "Liceu" L3 línea verde, e infinidad de lineas de autobuses, y en plaza catalunya los nocturnos y todas las lineas que van a "cercanías"
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Móvil para confirmar asistencia o para cualquier consulta: 654113551
Montse Guardia.
GRUP PSICOGNOSIS SINGLES –GPS
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