ACTIVIDADES SÁBADO 22 DE OCTUBRE
CENA/TERTULIA:
"LA SEXUALIDAD EN EL ANTIGUO EGIPTO"
¿CÓMO SERÍA NUESTRA CIVILIZACIÓN SI SIGUIÉRAMOS SUS CÁNONES SOBRE LA SEXUALIDAD?
"LA SEXUALIDAD EN EL ANTIGUO EGIPTO"
¿CÓMO SERÍA NUESTRA CIVILIZACIÓN SI SIGUIÉRAMOS SUS CÁNONES SOBRE LA SEXUALIDAD?
Nuestro punto de encuentro para éste Sábado 22 de Octubre a las 20:00 horas, será en el RESTAURANTE PIZZERIA GINOS de BARCELONA, http://www.ginos.es/, sito en la céntrica Ronda Universidad, nº 27, esquina con Balmes y Rambla de Catalunya, y a muy pocos metros de la Plaza de Catalunya. Es un local confortable donde podremos tertuliar con tranquilidad, realizar una conferencia, y disfrutar de buena cena.
Importante:
Cuando entréis en el restaurante habréis de bajar unas escaleras, allí encontraréis la sala comedor para grupos.
Cuando entréis en el restaurante habréis de bajar unas escaleras, allí encontraréis la sala comedor para grupos.
Vamos a estar en un salón privado donde estaremos libres de ruidos ambientales.
A las 20:00 horas iniciaremos pase del documental - "SEXUALIDAD EN EL ANTIGUO EGIPTO" ¿CÓMO SERÍA NUESTRA CIVILIZACIÓN SI SIGUIÉRAMOS SUS CÁNONES SOBRE LA SEXUALIDAD? Se ruega puntualidad. Tras visualizar dicho documental, realizaremos un DOCUFORUM relacionado con éste tema.
Sobre las 22 horas cenaremos.
Para los más marchosos, después de cenar iremos a tomar una copa.
Ruego confirmar asistencia para efectuar reserva de comensales. Para reservar llamad al móvil 654113551, Montse Guardia.
A las 20 horas iniciaremos pase de documental
"LA SEXUALIDAD EN EL ANTIGUO EGIPTO"
¿CÓMO SERÍA NUESTRA CIVILIZACIÓN SI SIGUIÉRAMOS SUS CÁNONES SOBRE LA SEXUALIDAD?
¿CÓMO SERÍA NUESTRA CIVILIZACIÓN SI SIGUIÉRAMOS SUS CÁNONES SOBRE LA SEXUALIDAD?
Se ruega puntualidad
Los mandatos socioculturales impuestos por una tradición
cristiana nos han marcado en nuestra conducta sexual, quedando inherente en
ella, los tabúes y prejuicios que arrastramos inexorablemente en la actualidad. Veamos pues, cuál era la conducta sexual de
los egipcios, civilización admirada por sus conocimientos y construcciones, pero
menos conocida por un aspecto importantísimo en el ser humano, es decir, por su percepción
de la sexualidad.
El
amor y el sexo en el antiguo Egipto
Esta semana vamos hablar de un tema tan natural como la vida misma, tanto en la actualidad,
como en el antiguo Egipto: el amor y el sexo.
A
pesar de la censura a que se sometió durante el siglo XIX y XX todo
descubrimiento arqueológico relacionado con esta temática por parte de los
primeros arqueólogos y egiptólogos, la representación de la vida amorosa de los
antiguos egipcios es escasa y menos explícita que en otras civilizaciones
antiguas, como Grecia o Roma. Pero podemos saber algo de cómo fue gracias
a fuentes como los poemas amorosos del
Reino Nuevo, los óstraca y grafitos con escenas más explícitas, el llamado
Papiro erótico de Turín, los exvotos y amuletos sexuales y las escasas
referencias en mitos y literatura de la época.
Religión
y sexualidad
Los
antiguos egipcios tuvieron varias cosmogonías (es decir, mitos sobre el origen
del mundo) simultáneamente. Una de ellas era la llamada cosmogonía
heliopolitana, surgida en la ciudad de Heliópolis (o Iunu para los egipcios),
donde se veneraba al dios del sol, Ra. Según este mito, recogido en los
llamados Textos de las pirámides, el creador de todo fue Atum, el sol del atardecer.
Como en un principio sólo existía él, tuvo que recurrir a la masturbación para
crear a la primera pareja de dioses, Shu y Tefnut: Yo soy quien fornicó con mi
puño. Yo me masturbé con mi mano.
Atum
el creador
Con
el tiempo, esta historia daría origen al título religioso de Mano del dios.
Algunos egiptólogos creen que, aunque no nos haya quedado constancia, sería
plausible que se celebrase algún tipo de ritual en el templo durante el cual,
emulando al dios Atum, la esposa del faraón, como Mano del dios, masturbara a
su esposo.
De
modo que para los antiguos egipcios este acto de autosatisfacción no
representaba ningún tipo de comportamiento pecaminoso.
Al
mismo tiempo, sin embargo, y según cuenta Herodoto, los egipcios fueron los
primeros en prohibir mantener relaciones sexuales dentro del recinto del
templo. En el capítulo 125 del Libro de los muertos, también conocido como la
confesión negativa (hablé de ello aquí), se dice: “No he fornicado en el Lugar
Puro perteneciente al dios de mi ciudad”.
Otro
aspecto relacionado con la religión y el sexo es la llamada teogamia. O lo que
es lo mismo, relaciones sexuales entre humanos y dioses; más en concreto, entre
un dios y una mujer, que será la madre del futuro faraón. De modo que este, al
ser hijo carnal del dios, está legitimado para gobernar. Hay varios casos en el
antiguo Egipto: en el Reino Antiguo nos encontramos con que el dios Re es el
padre, según el mito, de los tres primeros faraones de la V dinastía, trillizos
nacidos de una mujer humana, de nombre Ruddedet, esposa de un sacerdote.
La
madre de Hatshepsut y el dios Amón manteniendo relaciones, de manera muy sutil.
Esta escena procede del templo funerario de la reina faraón en Deir el-Bahari.
En
el Reino Nuevo, el dios (en este caso Amón) aspira más alto y deja embarazada
nada menos que a una reina, la madre de la futura reina-faraón Hatshepsut. Al
igual que Zeus, el dios se hace pasar por el esposo de la mujer mortal; y
aunque esta termina dándose cuenta de que realmente no es su esposo, no pone reparos
a la unión carnal con el dios disfrazado.
Diadema
de oro y peluca
Ponerse
guapa para seducir
Es
muy posible que la expresión “ponte la peluca” que aparece en algunos textos
literarios egipcios (como el cuento de Los dos hermanos) fuera una forma de sugerir
sutilmente un encuentro sexual.
Los
cabellos de las mujeres egipcias podían utilizar postizos en forma de trenzas o
ser tapados por pelucas enteras, que les cubrían los hombros y que eran adornadas con bellas diademas, todo
con el fin de seducir a sus amantes masculinos. Un poema del Reino Medio nos
muestra el papel tan destacado del peinado en este juego de la seducción:
Mi
corazón piensa en tu amor, mientras que sólo un lado de mi frente está
trenzado. He venido corriendo a buscarte, y he descuidado mi peinado; me he
soltado el pelo y me he puesto mi peluca para estar lista en cualquier momento.
Cajita
para ungüentos
A
una buena y bonita peluca debía unirse la depilación corporal para estar lista
para la seducción. Para ello, las egipcias contaban con cuchillas y cremas
depilatorias.
Y
al igual que hoy en día, no podía faltar el maquillaje, para resaltar los
rasgos más favorecedores y ocultar las imperfecciones. Hasta la IV dinastía se
usó malaquita verde del Sinaí para maquillar los ojos, pero ya desde el período
predinástico destacó el uso del kohol, una pintura negra a base de galena. Un
buen perfume, joyas (collares, pulseras, brazaletes, tobilleras y, sólo tras la
invasión de los hyksos, también pendientes) y un ajustado y sugerente vestido
de lino completaban el atuendo usado por cualquier mujer egipcia para seducir a
su posible futuro marido.
Estatua
de Amarna. Los pechos pequeños, cintura estrecha y las caderas y muslos grandes
eran el ideal femenino de la época.
El
escenario perfecto para la seducción eran las fiestas; los banquetes en los que
se comía y se bebía, a veces en exceso, unidos a una hermosa música de fondo,
podían terminar con un paseo y un encuentro sexual en la intimidad del jardín,
rodeados de árboles y vegetación que ocultasen a los amantes de testigos
indeseados.
Banquete
en la tumba de Nakht. Músicas ligeras de ropa amenizan la comida
No
obstante, ambos sexos podían también recurrir a la magia, en forma de hechizos
amorosos. Invocando a los dioses, se pretendía poner a estos de parte del
amante no correspondido, seguido de comparaciones para hacer ver la magnitud de
sus sentimientos por el ser amado y una amenaza contra los dioses, que sólo
tendrá efecto si éstos no cumplen los deseos del que realiza el hechizo.
¡Saludos
a ti, Re Horakhty, padre de los dioses! ¡Saludos a vosotras, las Siete Hathor,
que estáis adornadas con bandas de lino rojo! ¡Saludos a vosotros, dioses,
señores del cielo y de la tierra! Ven, haz que Fulanita, nacida de Fulanito,
vaya detrás de mí como una vaca detrás del forraje; como una sirvienta detrás
de sus hijos; como un pastor detrás de su rebaño. Si ellos no hacen que ella
vaya detrás de mí, le prenderé fuego a Busiris y quemaré a Osiris.
El
matrimonio
Una
vez que la seducción (o el hechizo) había tenido éxito, se concertaba el matrimonio.
Pero en Egipto este era muy distinto al concepto actual, pues no hacía falta
ningún tipo de ceremonia civil ni religiosa para considerar casada a una
pareja. Bastaba con que ambos empezaran a habitar bajo un mismo techo.
Es
posible que los padres tuvieran cierto papel en los matrimonios, como es el
caso de un padre que, desconfiando de su futuro yerno, le hizo firmar un
documento donde juraba que no abandonaría a su hija, so pena de ser golpeado
cien veces y ser desprovisto de las propiedades que adquiriera junto a ella.
En
caso de divorcio (que podía estar motivado, entre otros motivos, por el
adulterio de la mujer), la hija podía volver al hogar paterno. Incluso algún
texto sugiere que las mujeres, al menos en ocasiones, podían elegir a sus
maridos.
En
caso de que los cónyuges no estuvieran muy seguros de que su futuro esposo o
esposa fuese el predilecto, tenían la opción del matrimonio a prueba, que
duraba un tiempo limitado.
Pero
el fin último del matrimonio solo era uno: tener descendencia. Este hecho era
vital, pues no solo serían los hijos quienes cuidarían de sus ancianos padres,
sino los encargados de llevar a cabo el funeral y los ritos y ofrendas
posteriores en la tumba de sus progenitores. Hasta tal punto era importante
tener hijos, que la incapacidad para ello era otro motivo de divorcio. Si bien
siempre estaba presenta la posibilidad de la adopción.
Una
madre peinando a su hija
La
edad de los egipcios para casarse era muy temprana, unos 20 años para los
hombres y las mujeres en cuanto tuvieran su primera menstruación.
En
cuanto a las personas con las que contraían matrimonio, los egipcios no eran ni
xenófobos ni racistas, de modo que podían casarse con extranjeros. No así con
esclavos, con los que sólo podían mantener un concubinato, a no ser que
comprasen su libertad o fuesen adoptados. Los hijos habidos con esclavas debían
ser adoptados por su padre, el hombre libre, para no ser considerados también
como esclavos. La poligamia, aunque se consentía socialmente, fue muy poco
practicada, por lo caro que resultaría mantener a más de una esposa.
En
cuanto al polémico tema de los matrimonios incestuosos, fueron algo exclusivo
de la familia real, (y en ciertos momentos, no siempre) como manera de
conservar el poder dentro de una misma familia. Además, tenía una base en el
mito de la creación heliopolitano, en el que las primeras parejas creadas por
Atum eran hermanos y se casaron entre ellos, ya que no había nadie más
disponible.
Entre
la gente común no se realizaba este tipo de matrimonios; el hecho de que los
amantes se llamen “hermano” y “hermana” tiene más que ver con un apelativo
cariñoso y no con una verdadera relación familiar.
El
harén real
Aunque
la imagen que se tenga de este sea similar a los del imperio otomano, los
llamados harenes en el antiguo Egipto eran en realidad una institución paralela
a la administración real, pero independiente de esta. Era el lugar donde
residía la reina y donde eran educados los hijos del rey, así como la
residencia de las esposas secundarias del mismo. Su sostén económico lo
proporcionaba la explotación de las tierras pertenecientes al harén y
determinados impuestos. Entre otras cosas, allí se producían tejidos para los
trajes reales.
Para
saber más del harén ver mi artículo en Egiptología 2.0 "La casa jeneret".
La
prostitución
Aunque
pocos son los testimonios que nos han llegado anteriores al reino Nuevo, no hay
duda de que sería frecuente y también que estaba mal vista por el conjunto de
la sociedad. La prueba está en el hecho de que, tanto en la confesión negativa,
como en las Instrucciones de Ptahhotep, aparecen menciones a ello.
Durante
el Reino Nuevo el oficio más antiguo del mundo se ejercía en las llamadas
“Casas de cerveza”, lugares considerados de perdición, por el consumo excesivo
de alcohol que hacía perder el sentido común, por los rufianes que pululaban
por ellos o, incluso, por el peligro de contagio de enfermedades venéreas, como
la gonorrea. El papiro erótico de Turín nos permite hacernos una idea de lo que
sucedería dentro de una de esas casas de cerveza, pues nos muestra a varias
prostitutas con sus clientes.
Papiro
erótico de Turín. Varias prostitutas atienden a sus "súper dotados"
clientes.
No
parece que las prostitutas vistieran de un modo determinado o actuaran de
manera distinta al resto de mujeres, pero sí es posible que algunas llevaran
tatuajes, por ejemplo del dios enano Bes, si bien no era algo exclusivo de las
“mujeres de vida alegre”. Además, en el caso concreto de la ciudad de Deir
el-Medina parece ser que las prostitutas y sus hijos eran enterradas en lugares
concretos de la necrópolis.
Al
contrario que en Mesopotamia, en Egipto no hay pruebas de que existiera la
prostitución sagrada con sacerdotisas.
La
homosexualidad
Evidentemente,
también existió en Egipto. Hay referencias a encuentros sexuales homosexuales
ya desde el Reino Antiguo. Por ejemplo, en el mito de Horus y Seth se nos dice
como éste quiso tener un encuentro íntimo con Horus.
En
la mastaba de la V dinastía de Niankhnum y Khnumhotep, estos dos hombres, a
pesar de estar casados, aparecen representados juntos. Se ha dicho que podrían
ser hermanos, pero la iconografía es similar a la de otras tumbas en las que
aparece el dueño de la tumba con su esposa, de modo que es posible que hubiera
una relación amorosa entre ambos.
Niankhnum
y Khnumhotep.
Un
texto fechable en el Reino Medio nos dice que el faraón Pepy II tuvo una
relación homosexual con uno de sus generales, Sisené. Algunos autores, no
obstante, piensan que no se trataría de un texto histórico, sino de un cuento
con moraleja sobre el abuso de poder que ejercía este faraón. Y es que la
homosexualidad no era bien vista por la sociedad egipcia, no porque se
considerase moralmente reprochable, sino porque
implicaba unas relaciones sexuales en las que intervenía la penetración
anal, un acto que convertía a uno de sus participantes en dominante y al otro
en sometido, lo que suponía una ignominia; además, una relación homosexual no
podía producir descendencia, objetivo primordial de los egipcios como ya dije.
Lo
deja muy claro el capítulo 125 del Libro de los muertos:
No
he copulado ni me he mancillado a mí mismo. No he sido el amante de un chico
joven. No he tenido sexo con un hombre que se deja penetrar.
La
homosexualidad era vista como un medio de agredir al adversario y de situarlo
en una situación de inferioridad que permitiera al agresor sacar provecho de su
acción consiguiendo poder sobre él.
En
cuanto a la homosexualidad femenina, no hay datos seguros.
Remedios
contra la impotencia y afrodisíacos
Los
egipcios contaban con varios remedios para poder cumplir con sus esposas, sobre
todo en los casos en que un hombre mayor volvía a casarse con una mujer mucho
más joven. Poner remedio a la impotencia era de vital importancia, sobre todo,
en el caso de que aún no se hubiera tenido descendencia. Pues aunque como
último recurso se podía optar por la adopción, el hombre egipcio sentía como
una herida en su orgullo propio no poder dejar embarazada a su mujer.
Igualmente,
usaban afrodisíacos, como nos dice este texto del s. III d.C.:
Cómo
hacer que una mujer ame a su marido. Machaca semillas de acacia con miel, unta
tu falo con esto y duerme con la mujer.
Posturas
Pareja
copulando. British Museum
De
nuevo se tiene poca documentación al respecto, pero tenemos algunos ejemplos en
las pinturas de algunas tumbas o en textos religiosos.
El
Libro de los ataúdes/sarcófagos dice:
La
mujer tendrá placer debajo de él cada vez que él copule.
Es
decir, el clásico “misionero”, que podemos ver
representado en una tumba de Beni Hassan o en un ostrakon de Tell
el-Amarna.
Otra
postura aún más frecuente es la llamada “a tergo”, o penetración vaginal desde
atrás. También practicarían el sexo anal para evitar posibles embarazos.
La
cópula de pie aparece también en varias ocasiones en los ostraka.
En
cuanto a la hora preferida por las parejas egipcias para dar rienda suelta a su
pasión, era la noche, algo lógico si tenemos en cuenta el calor egipcio durante
el día, que debía quitar las ganas incluso a los amantes más fogosos.
En
cuanto a la virginidad, al contrario que en la tradición judeocristina, para
los antiguos egipcios el hecho de que la mujer llegara virgen al matrimonio
carecía de importancia.
En resumen, la escasez de representaciones sobre el sexo
en el antiguo Egipto no es debida a que no disfrutaran de él, o a que lo
considerasen algo vergonzoso o pecaminoso, sino que preferían sugerirlo de
manera más sutil que sus contemporáneos de otras culturas, como la griega o,
después, la romana. En su mentalidad el sexo estaba tan fuertemente ligado a la
reproducción, que era algo inimaginable pensar en él sin hacerlo también en las
capacidades reproductoras del ser humano y, por tanto, en el poder regenerador
de la concepción y el nacimiento.
EN LA ACTUALIDAD
En el mundo actual conviven diferentes concepciones de
la sexualidad. La vivencia sexual estaría atravesada por los mandatos
socioculturales impuestos por una tradición cristiana, por la eclosión del sexo
en los medios de comunicación y en las nuevas tecnologías, por una nueva forma
de concebir a la sexualidad, asociada a la comunicación, la afectividad y el
placer. A pesar de que el sexo esté en primera plana, coexisten los tabúes,
prejuicios, la desinformación. Pareciera que las personas están en un estado de
contradicción entre estas concepciones y/o de superación de conflictos que
maduran en una expresión saludable de su sexualidad.
En la actualidad, nuestra sociedad mantiene una conducta
sexual esperada y esperable por parte de sus miembros. El sexo oficial
legitimaría la relación matrimonial, monogámica entre un hombre y una mujer con
el fin de procrear. Sin embargo, surge un estilo de vida “transgresor”: el
poliamor.
La nota de la revista Viva, publicada el domingo 10 de
enero de 2.010, con el título “Tres a quererse”, explica que el poliamor es una
expresión en la cual es posible enamorarse de varias personas a la vez, sin que
esto constituya un engaño, “la trampa”, ni haya celos en la relación.
“La sexualidad es un proceso de desarrollo integral que
va unido a las etapas evolutivas del ser y que incluye aspectos biológicos,
psicológicos y socioculturales” (Villegas, G. 2.010- pág. 8 del módulo I del
curso sexualidad Humana…).
La educación sexual debería abrir una posibilidad de
expresión plena, de comunicación y afectividad como placer. “El error más común
es reducir las consideraciones sobre sexo o educación sexual a una sola
dimensión humana; los genitales, la moral, el cuerpo, el espíritu, la psique o
la salud física” (Aller Atucha, L.M., 2.010-pág. 20 del módulo I del curso
Sexualidad Humana…).
“La sexualidad es un proceso de desarrollo integral que
va unido a las etapas evolutivas del ser y que incluye aspectos biológicos,
psicológicos y socioculturales” (Villegas, G. 2.010- pág. 8 del módulo I del
curso sexualidad Humana…).
La educación sexual debería abrir una posibilidad de
expresión plena, de comunicación y afectividad como placer. “El error más común
es reducir las consideraciones sobre sexo o educación sexual a una sola
dimensión humana; los genitales, la moral, el cuerpo, el espíritu, la psique o
la salud física” (Aller Atucha, L.M., 2.010-pág. 20 del modulo I del curso
Sexualidad Humana…).
Con respecto a las costumbres sexuales en la actualidad
se encuentra como unidades significativas en las encuestas la mayor libertad,
mayor información, la exposición, la desvirtualidad. Los medios de comunicación
vendrían a influir en las costumbres sexuales oficiales heredadas; por ejemplo
el poliamor. Se hace evidente la homosexualidad, la pornografía, las parejas
promiscuas, a la vez que se naturalizan. Esto tiene impacto en los adolescentes
y niños porque incidiría en un despertar sexual más temprano.
Con respecto a las costumbres sexuales en la actualidad
se encuentra como unidades significativas en las encuestas la mayor libertad,
mayor información, la exposición, la desvirtualidad. Los medios de comunicación
vendrían a influir en las costumbres sexuales oficiales heredadas; por ejemplo
el poliamor. Se hace evidente la homosexualidad, la pornografía, las parejas
promiscuas, a la vez que se naturalizan. Esto tiene impacto en los adolescentes
y niños porque incidiría en un despertar sexual más temprano.
DOCUFORUM
https://www.youtube.com/watch?v=qzsEBv6-xwM
Tras visualizar el documental se abrirá el debate, planteándose todas las opiniones o interrogantes que surjan sobre el tema en cuestión.
Cómo llegar a RESTAURANTE-PIZZERIA GINOS BARCELONA:
Sito en la céntrica Ronda Universidad, nº 27, esquina con Balmes y Rambla de Catalunya, y a muy pocos metros de la Plaza de Catalunya en pleno corazón de la ciudad, tenéis 4 líneas de metros, e infinidad de líneas de autobuses.
También en la misma acera, para los que vengáis de cercanías, tenéis la RENFE.
Mejor ubicación imposible!!.
¡!Os esperamos!!
Móvil para confirmar asistencia o para cualquier consulta: 654113551
Montse Guardia.
GRUP PSICOGNOSIS SINGLES –GPS-
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